La fe es una herramienta tremendamente poderosa que cada creyente necesita mostrar como parte de su experiencia de vida cristiana con el Señor. Es un fruto del Espíritu. A veces se presentan situaciones en el día a día, y solemos escuchar frases como: “no lo voy a lograr”; “que mal me va”; “no se puede”. Y la pregunta que queda entonces es; ¿Dónde está la fe? o ¿Sobre qué está cimentada o arraigada la fe?
El relato bíblico nos muestra a un hombre gentil, funcionario del ejército romano al servicio del emperador, que agradó a Jesús por su fe. Sin ser un seguidor de Jesús, le rogó por su siervo para que el Señor le sanara. La respuesta de Jesús al centurión fue todo lo que él hubiera esperado y más; “yo iré y le sanaré”. Sin embargo, este hombre reconociendo que estaba ante la presencia del Todopoderoso, le dice al Señor que no es digno de pisar su casa y acto seguido hace una de las declaraciones más poderoso que cualquier persona que espera un milagro puede decir; “solamente di la palabra”. Dice la escritura que Jesús se maravilló de ver la fe de este hombre, y en aquella misma hora el siervo del centurión, sanó. El centurión hizo lo natural, se acercó al Señor y mostró su fe. Por otro lado, el Señor hizo lo sobrenatural y realizó el milagro de sanidad.
Llama a la atención 4 características en el Centurión que son determinantes y que nos sirven de lección: (1) El amor hacia su criado: Este hombre demuestra un corazón sensible, lleno de afecto, cariño y estima hacia aquellos que estaban cerca de él. (2) La humildad al rogarle a Jesús: Este centurión era un hombre de mucho poder. Tenía gente a su cargo que dependían de él. No obstante, ante la crisis que vivió, todo ese poder no le sirvió de nada, tuvo que reconocer que su incapacidad y venir en actitud de sumisión creyendo que Jesús podía realizar el milagro. (3) La visión al enfocarse en Jesús como única solución: Esta característica es de vital importancia porque vio lo que posiblemente otros, en la misma posición que él, no hubieran visto. Jesús es verdaderamente la única solución en momentos de gran necesidad. (4) La confianza el creer en el poder sanador de Jesús: Esta particularidad es sumamente interesante porque este hombre no era un seguidos de Jesús, sin embargo, depósito su confianza plenamente en el único que realmente podía hacer algo por su criado y recibió la respuesta que necesitaba.
El Señor está buscando hombres y mujeres que lo puedan maravillar a través su fe. El escritor de hebreos decía; “De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad”. La realidad es que Dios quiere obrar de una forma poderosa en las vidas de sus hijos, pero es necesario creerle a El, porque sin fe es imposible agradarle. El Centurión nos da una lección que es menester emular. Nos enseña que lo único que necesitamos para conseguir el milagro que anhelamos es fe y decirle al Señor: “Solamente di la palabra”; y El lo hará para la Gloria de su Nombre.
Por: Pastor Domingo Pérez Badillo