Alianza de Camuy

La búsqueda de Dios (Isaías 55: 6-11)

A través de las generaciones hay un tema que ha sido hablado, discutido, analizado y promovido. La Biblia ha sido la fuente principal sobre ese tema, cada autor como representantes de la voz de Dios, lo mencionaban como una prioridad en la vida de la gente. Me refiero a la Búsqueda de Dios.

Los profetas consistentemente exhortaban al pueblo a Buscar a Dios. El profeta Oseas en 10:12, por ejemplo, dijo; “Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia”. El profeta Amós en 5:4 dijo; “Pero así dice Jehová a la casa de Israel: Buscadme, y viviréis”. El profeta Sofonías en 2:3 dijo; “Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizá seréis guardados en el día del enojo de Jehová”. ¿Notan una consistencia en el mensaje?

No solo los profetas hablaron sobre la importancia de la búsqueda de Dios, sino que el propio Jesús lo hizo; “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mt.6:33). Y la pregunta obligada entonces es; ¿Cuál es la insistencia de los autores bíblicos de buscar, y buscar, y buscar? La respuesta es simple, porque cuando te dicen consistentemente que hagas algo es probablemente no lo estás haciendo. El pueblo no estaba buscando a Dios, y la pregunta es; ¿Y hoy?

Los tres puntos del mensaje de hoy son en forma de pregunta, con la intención de contestar interrogantes sobre la búsqueda de Dios.

  1. ¿Cómo buscar a Dios?
  2. ¿Dónde está Dios?
  3. ¿Cuándo buscar a Dios?

Primera pregunta; ¿Cómo buscar a Dios?

El libro de Deuteronomio nos sirve de punta de partida cuando dice en 4:29; “Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma”. Saben, Dios siempre quiso y ha querido, en todos los tiempos, relacionarse con la gente de una forma individual y muy personal. Por eso el texto dice; “si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma”. Hay que desearlo, anhelarlo y querer sobre cualquier otra cosa, la manifestación de la presencia de Dios en cada vida. El salmista clamaba: “Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo”. De esto trata la búsqueda de Dios. A El no le puedes buscar a medias, así no funciona, se requiere pasión, entrega, intención, consistencia y transparencia.

El alma no puede alimentarse solo palabras, sino con Dios mismo, Creador del cielo y la tierra. Escuchar la palabra es bueno y gloria a Dios por eso, vas a aprender y de seguro serás edificado, pero mientras no busquemos a Dios con todo el corazón y con toda el alma, las verdades que escuches, a la larga, no le harán ningún bien. Leer la Biblia, incluso enseñarla, no es el fin en sí mismo, sino el medio para que lleguemos a conocer a Dios y gozarnos en su presencia.

Cuando una persona viene al Señor, el alma es salvada, comienza ese proceso de la búsqueda de Dios, donde el nuevo creyente tiene hambre y sed de Dios. Es cuando empieza a entender las palabras de Jesús cuando dijo; “Yo soy el Pan de Vida, el que viene a mí, nunca tendrá hambre” (Jn.6:35). “Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna” (Jn.4:14).

A veces olvidamos que Dios posee atributos de persona; que siente, se agrada, ama y en estos términos, podemos relacionarnos con EL con todo el corazón y con toda el alma.

Segunda pregunta; ¿Dónde está Dios?

Job se preguntó esto en un momento de crisis en su vida; “Si tan solo supiera donde encontrar a Dios, yo iría hasta su silla” (Job 23:3). La teología cristiana enseña la gracia preveniente, que dicho brevemente significa que el ser humano, antes que busque a Dios, ya Dios está buscándole. De modo que, buscamos a Dios porque El ha puesto en nosotros el deseo de encontrarlo a Él. Jesús dijo; “Nadie puede venir a mí, si mi Padre celestial no le trajere” (Jn.6:44).

Ahora nos encontramos en una situación donde probablemente has preguntado; ¿dónde está Dios? Esa fue precisamente la pregunta de Job en medio de su crisis; He aquí yo iré al oriente, y no lo hallaré; y al occidente, y no lo percibiré; si muestra su poder al norte, yo no lo veré; al sur se esconderá, y no lo veré” (Job 23:8-9). La realidad es que Dios siempre está presente, él es Jehová “Shammah”, que quiere decir; el Señor está presente. Esa es la gracia preveniente, Dios te está buscando. Job inmerso en su crisis lo sabía; “Mas él conoce mi camino; me probará, y saldré como oro. Mis pies han seguido sus pisadas; guardé su camino, y no me aparté. Del mandamiento de sus labios nunca me separé; guardé las palabras de su boca más que mi comida” (Job 23:10-12).

Job entendió que Dios siempre estuvo con él porque construyó una relación personal. Es importante que puedas entender que Dios está a tu lado para que en medio de esta experiencia que estamos viviendo hoy como país, puedas agarrarte de sus propias palabras; “Mas el conoce mi camino, me probará, y saldré como oro”.

Tercera pregunta; ¿cuándo buscar a Dios?

Para contestar esta pregunta, tomamos Isaías 55:6 como punto de partida; “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano”. Cuando una persona abraza la fe genuinamente, ocurre lo que se conoce como regeneración o nuevo nacimiento. Sin embargo, hay personas que piensan que este es el fin del proceso, y la realidad es que tan solo es el comienzo. Es precisamente aquí donde inicia la búsqueda de Dios, algunos le llaman el primer amor, pero realmente es en este momento que comienza esa entrega y búsqueda de las riquezas divinas. Es en medio de este proceso inicial, que se comienza a experimentar la provisión del cielo. El profeta Jeremías lo expresa en 33:3 de la siguiente manera; “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”. En esas profundidades espirituales Dios quiere que camines con El.

La vida cristiana no puede depender del acto inicial de aceptar a Cristo como Salvador. Si así fuera, habría poca expectativa de la provisión y de la presencia de Dios en nuestra vida. Existe una falsa lógica que sugiere que, si tienes a Dios, no necesitas buscarle. Esto es tremenda mentira del diablo, que eventualmente se convierte en complacencia. La complacencia es la enemiga mortal de todo crecimiento espiritual. Muchas personas vienen a Cristo y no comienzan una búsqueda real, porque piensan que ya tomaron el paso mas importante de sus vidas. No hay una búsqueda y entran en un cuadro de complacencia y terminan apartados. Si no sentimos el deseo o el anhelo de buscar a Dios o de disfrutar su presencia, difícilmente ocurra alguna manifestación en nuestra vida. ¡Hoy mas que nunca es tiempo de buscar a Dios!

Cuando Dios dividió la tierra de Canaán entre las tribus de Israel, la tribu de Leví no recibió ninguna porción. A la tribu de Leví, Dios le dijo; “Yo soy tu parte y tu heredad” (Num.18:20). Por esta palabra Leví fue mas rico que todas las demás tribus de Israel. ¿Saben por qué? Porque la persona que busca a Dios como una posesión, tiene todo lo que es necesario tener, porque todo lo que posee, lo posee en Dios y eso es todo lo que necesitamos. ¡Que Dios te bendiga!

Pastor Domingo Pérez Badillo

4 thoughts on “La búsqueda de Dios (Isaías 55: 6-11)”

  1. Blanca Mendoza

    Amén, hermoso tenemos que hacer preguntas y buscar las respuestas correctas. Gracias.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *